8/22/2004

Pateras y aviones

Ayer estaba haciéndome la cena y en la cocina tenemos una radio, como todas en mi casa tiene sintonizada la SER, y estaban poniendo un programa sobre la inmigración, mas en concreto sobre las pateras, sobre lo que sufren para poder emprender el viaje, sobre lo que sufren en el viaje, sobre lo que sufren las familias, y me dejo marcado, tanto que acabe llorando en la cocina y se me quitaron las ganas de cenar. Lo que mas me marco fue la historia de un subsahariano, que contaba el final de su viaje, con un amigo, el cual en un momento de pánico cayo al agua, y nos contaba como iba pidiendo ayuda, y los otros le agarraban para que no saltara, y su amigo le llamaba, le llamaba, hasta que dejo de oír su llamada... todavía hoy se me ponen los pelos de punta y se me caen las lagrimas.

Y encima para que cuando lleguen aquí, si es que lo consiguen y no acaban en el fondo del mar o como un simple número en una tumba anónima, solo consiguen malvivir, huyendo de la policía, de las mafias, todo por un sueño, por el sueño de Europa.

Y encima la gente les mira mal, piensan que nos quitan los trabajos... sin palabras, ¿a cuantos africanos habéis visto trabajando en algún sitio? ¿Que no sea recogiendo tomates a 60ºC en un invernadero de Almería? Así que no, no tenemos que tener miedo de África. El miedo a que nos quiten el trabajo tiene que estar en América, centro y sur, que vienen en avión, sin los peligros de la patera.

Y no, no soy racista, cualquiera que me conozca lo sabrá, pero creo que ya son suficientes los sudamericanos y centroamericanos que están aquí (algunas veces en el metro parece que estoy en Quito) y que les deberíamos dar la misma oportunidad a los africanos, por lo menos que estén en igualdad.