10/12/2004

Herida en combate

Uff, fue como un disparo en la frente, es más es lo que pensé en un primer momento. Pero no, fue un puto perroqué, si son esos palos de los que cuelgan las prendas en los grandes almacenes.

Pues estaba colocando unos chándals de niña en los de abajo, y con todo el impulso del mundo mi cabeza impactó con el susodicho perroqué de la fila de arriba, con tal fuerza que moví el mueble de 200 kg.

En un primer momento a parte de pensar en el disparo, pensé que había sido en el ojo, esperaba tenerlo colgando, pero no, fue en la frente, unos cuatro centímetros de largo y bastante profunda, y sobre todo muy sangrante. Mareo, el mundo giraba y giraba hasta que me apoye en una columna. Al final no fue mucho, pero la herida seguía sangrando y lo volvía a hacer cada cierto tiempo, lo que hizo que fuera un domingo muy ameno.